Hay cuatro formas en las que una provincia puede cambiar de manos. Dos de ellas están bastante claras desde el principio, pero las otras dos pueden pillarte por sorpresa.

Anexión

La primera es la más común y la que requiere menos explicaciones. Tu provincia te fue arrebatada por la fuerza, ya que tu enemigo fue capaz de dominar a tus defensores y tomar el territorio para sí mismo.

Comercio

No todas las adquisiciones tienen que ser violentas. Las naciones pueden intercambiar provincias entre sí para limpiar sus fronteras, suavizar crisis diplomáticas o como condiciones de rendición.

Coaliciones

Si pierdes una provincia principal (es decir, una de las provincias con las que empezaste) a manos de una nación enemiga, y esa provincia es retomada por tu socio de coalición, la provincia volverá directamente a tu control.
Lo mismo ocurre si retomas la provincia principal de un socio de coalición, por lo que volverá a estar bajo el control de tu socio de coalición.

Rebelión

Por último, si la moral de tu provincia cae por debajo del 33%, existe la posibilidad de que se rebele al final del día. Cuando una provincia se rebela, su guarnición será destruida, o desertará, y el territorio pasará a otra nación. Esta nación puede ser cualquiera de tus vecinos, o un poco más lejana, y no necesariamente se pasará a una nación hostil.